La semana pasada tuve la oportunidad de compartir una mesa redonda en Madrid con perfiles directivos en momento de transición, en la que pudimos abordar, entre otros temas, la situación del mercado laboral español y qué es lo que están demandando las empresas en la actualidad, tanto a nivel de posiciones, como a nivel de competencias.
En el turno de preguntas, uno de los asistentes me hizo una pregunta interesante: ¿Tienen las empresas familiares mayores dificultades para captar talento en comparación con las multinacionales?
Como sabemos, la empresa familiar, normalmente de tamaño pequeño/mediano (con algunas notables excepciones) desempeña un papel significativo en la economía española y europea. A pesar de ello, las empresas de origen familiar efectivamente se enfrentan a desafíos importantes a la hora de competir con las grandes multinacionales.
¿Cuáles son los principales desafíos?
Percepción por parte del candidato. En ocasiones, las empresas familiares pueden percibirse como menos profesionales, con menor grado de procesos y sistemas, y menos posibilidades de desarrollo profesional.
Obviamente, los puntos anteriores no siempre se cumplen. De hecho, por nuestra experiencia trabajando con distinta tipología de empresas, en ocasiones vemos empresas familiares que funcionan de forma incluso más eficiente y profesional que algunas multinacionales. Pero en muchas ocasiones, los desafíos mencionados son reales y pueden dificultar el acceso al talento.
Con el objetivo de superar los anteriores retos, las empresas familiares pueden considerar, entre otras, algunas acciones como las siguientes:
En conclusión, es probable que las empresas familiares deban realizar un esfuerzo extra y ser creativas para poder competir con el mejor talento. Pero existen múltiples ejemplos de empresas familiares que lo consiguen, y que han conseguido diferenciarse positivamente y posicionarse como empleadores deseados que ofrecen proyectos profesionales de primer nivel.